Justo después del estupor
Mi mano tiembla
hay un torrente de ideas
tristeza, espesa niebla
de irónicas preseas.
Busco motivos ciertos
para argumentar mi desventura
de culpa se hinchan mis huertos
de vergüenza y de tortura.
Recuerdo mi humillada figura
la lista perdida de mis sueños
que hace unos días risueños
me alistaban a su procura.
Reniego de mi estupidez
de los nombres que le diera
para lucirla por doquiera
con sonrisa de candidez.
Ya no quiero eternidades
sin reciproca valía
si esta pena es cosa mía
¿por qué me arrastra a sus umbrales?
Quisiera encontrar culpable
para este final hiriente
no es tu plan displicente
no es mi amor innombrable.
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