Un toque de cordura
Esperar que el
pasado silente
latente emblema
sin orgullo
se deslice por
la pendiente
es ir gritando
los murmullos.
Si acaso fueran
todos tuyos
arrullos en
tiempo perpetuo
mendigaría menos
de lo que intuyo
y construyo todo
revuelto.
Ignorar que una
saliente
ardiente
destello salado
corta las olas
contundente
perdurando la
vida a su lado.
Es encontrar a
un marino varado
asombrado de mis
magras manos
volvería con los
ancianos mundanos
prefiriendo ser
un descarado.
Pues con una
botella vacía
crecía algo
mágico en mi cabeza
extendía sobre el papel poesía
y parecía
tomarlo con ligereza.
Pero no fue
ligereza, era soda
la que nos hacia
compañía
quizá del poeta
la moda
ron, soda y
soledad, los tenia.
Faltaban lápiz y
papel
y aquel gramo de
esperanza
puse lo que se
puede sobre el mantel
pues como puede
uno avanza.
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